RECETA DE PAN DE QUESO BRASILEÑO, SU HISTORIA

Quienes hayan visitado Brasil seguramente han degustado su famoso pão de queijo (pan de queso) unos pequeño pancitos de textura súper aireada que suelen comerse tibios.

Se trata de una receta típica de estados brasileños como Minas Gerais y Goias y su origen nos traslada al siglo XVIII a pesar que se hizo popular recién en la década de los años cincuenta en el siglo XX, expandiéndose su consumo a nivel nacional y también cruzando las frontera llegando a todos los rincones del mundo.

Existen numerosas historias que explican su creación pero existe una historia que relata su origen a partir de la falta de harina blanca durante el siglo XIX .

Así, estos panes comenzaron a ganar notoriedad a partir de ser una receta que no llevaba harina de repostería sino el llamado polvillo azedo, algo semejante a la fécula de mandioca, muy utilizada en todo Brasil para la preparación de distintos tipos de panes y galletas.

A pesar de ser denominado como un pan no se utiliza en su preparación ningún tipo de polvo leudante y permite diversas variantes a su receta original a base de queso leche y aceite que le brinda una textura suave y elástica muy peculiar.




Nombre Original de la Receta: PAN DE QUESO

Ingrediente principal:
 QUESO PARMESANO


Ingredientes:

500 grs. de polvilho azedo o almidón de mandioca
1 taza de agua
1 taza de leche
1 taza de aceite neutro
2 huevos
100 g de queso parmesano rallado sal a gusto

Procedimiento:

- En una cacerola colocar el agua, la leche, el aceite y la sal. 
- Llevar a fue hasta que hierva. 
- Retirar y añadir en forma de lluvia el polvillo azedo o almidón de mandioca. 
- Batir enérgicamente y agregar por último el queso parmesano rallado y los huevos. 
- Amasar todo hasta lograr una masa lisa y elástica. 
- Cortar pequeños pancitos y colocarlos en una fuente para horno previamente pincelada con manteca y espolvoreada con un poco de harina. 
- Dejar un espacio de un centímetro entre cada pancito. Cocinar en horno precalentado a 180 °C hasta que estén levemente dorados

Presentación:

Servir tibios acompañados de una taza de café