Y qué decir de las posibilidades culinarias de los langostinos, a mi me parecen infinitas, aunque en esta oportunidad les voy a compartir una genial.
Igual ya sea Crudos, marinados, rebozados, confitados, escalfados, a la plancha, al horno, fritos… cada método de cocción trata con más o menos mimo a este delicado producto, igual que los condimentos o ingredientes con los que se combinen, nos permitirán degustar los langostinos con mil y un matices. Esta es una receta sencilla y con poca cocción.
Acá les dejo unos tips para la limpieza de los mismos!
Como todos sabemos estos se comercializan tanto enteros como pelados, frescos como congelados, crudos o hervidos y listos para consumir.
Para limpiarlos, en el caso de que los
hayamos adquirido enteros, debemos comenzar por separar las patas del
cuerpo y la caparazón o piel que recubre la carne. Hay que hacerlo con
cuidado para no dejar carne en la piel. La cola se puede retirar o
dejarla, si es que queremos utilizar algún langostino para decorar algún
plato.
A continuación, hay que retirar la cabeza. Para ello, con una simple rotación podremos desprenderÃa con facilidad.
Cuando sólo nos queda la carne, debemos
retirar el conducto intestinal que tienen en su interior. Es un conducto
de color negro que tienen a lo largo del cuerpo, en el lomo, de textura
arenosa y sabor amargo. Para realizar esta tarea es muy útil utilizar
un palillo o un escarbadientes, o la punta de un cuchillo, para hacer
una pequeña incisión y retirar el intestino como si fuera un hilo, ya
que de este modo evitamos abrirlo todo a lo largo con un cuchillo.
Ingrediente principal: Langostinos
Ingredientes:
16 langostinos (grandes)
Pan rallado
60 g de harina
2 huevos (crudos)
Sal Pimienta
Procedimiento:
Pelamos los langostinos, desechando las cabezas y dejando las colas, y con la la ayuda de un palillo, les retiramos el intestino.
Salpimentamos los langostinos y los pasamos por la harina, el huevo batido y el pan rallado.
Los freÃmos a fuego medio,
hasta que estén doraditos. Escurrimos y servimos