Esta especie de turrón tiene su inspiración en ciertas confituras de la gastronomía griega, particularmente el llamado halva. Es un turrón semi-blando que se usa como golosina diaria (especialmente en los meses fríos) para chicos y grandes, también como copetín dulce para adornar la mesa de Navidad.
La textura original es ligeramente dura, crocante y esponjosa, teniendo un aspecto glaseado o marmolado.
Se me ocurrió hacerlo hoy ya que vienen mis sobrinos a casa y es una golosina muy rica!
Nombre Original de la Receta:Mantecol
Ingrediente principal: pasta de mani
Ingredientes:
200 grs. de pasta de maní
10 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de agua
1 cucharadita de jugo de limón
Procedimiento:
Calentar el azúcar, agua y jugo de limón en una olla hasta obtener el punto de bola dura, cuando comience a adoptar color caramelo (130ºC).
Lo dejamos enfriar un poco y lo pasamos a la batidora, donde batimos hasta que se vuelva de color claro.
El siguiente paso es añadirle el maní y seguir batiendo.
En algún momento la mezcla será muy dura para la batidora. Vertemos el contenido en el mesón y seguimos trabajando la mezcla a mano.
Deberíamos tener hebras de azúcar en la pasta de maní.
Si bien las hebras de azúcar son deseables, muchas hebras son molestas. Si encuentras hebras grandes en tu mantecol, retíralas a mano.
El siguiente paso es “desmigajar” a mano o con un cuchillo esta mezcla para romper las hebras muy largas. Luego vuelve a juntar todo y dale forma rectangular (de paralelepípedo es más correcto, pero bueno…).
hora viene la parte difícil. Hay que refrigerarlo por 24 horas para dejar que crezcan y se desarrollen los cristales de azúcar que le dan esa textura crujiente. El Mantecol está listo